Por Pablo Gavirati Miyashiro.
¿Existe la identidad nikkei en la tercera generación de descendientes de japoneses? ¿Los jóvenes ya no participan en y para la colectividad? ¿Las instituciones tienen futuro en el siglo XXI? Las respuestas a estas preguntas nos llevan a replantear la historia cultural de la identidad- comunidad nikkei hasta llegar a un presente donde definir una política institucional sansei es un paso fundamental para el destino de lo niquey.
1. Las formas de institucionalidad nikkei.
Las generaciones son una variable importante para estudiar la identidad y la comunidad nikkei[1]. Por supuesto, no nos referimos a conceptos formados partiendo del prejuicio sobre una persona, sino a grupos sociales que marcan un sentido generacional[2]. Nuestra idea principal es que las identidades generacionales condicionan distintos tipos de hacer comunitario, estableciéndose en el mejor de los casos una retroalimentación positiva en tanto que una identidad más fuerte produce una comunidad más fuerte, y viceversa. Un balance nos permite hablar de dos lados de un mismo fenómeno: “Punto número uno: la identidad nikkei como un discurso, el resultado de la búsqueda auto-consciente de un grupo de descendientes de japoneses para superar la negatividad de su ser (no-ser argentinos; no-ser japoneses) en una afirmación original: `¡somos nikkei!´. Punto número dos: la comunidad nikkei como el sujeto de aquel discurso, el camino realizado por las instituciones en su hacer político cultural. Un desarrollo socio-histórico marcado por las diversas generaciones”[3].
En este sentido, establecimos el concepto de “forma de institucionalidad”[4] para referirnos a la lógica desde el pensar (instituyente) que adquiere esta interrelación entre ser (identitario) y hacer (comunitario) nikkei. Si bien se trata aquí de una interpretación interna de la colectividad, sabemos que los factores particulares a la sociedad argentina, y también la japonesa, influyen en mayor o menor medida en aquel campo social. Pero también consideramos que la comunidad tiene una autonomía relativa en la nación, lo que nos lleva a concebir en la existencia de una cultura propia. En este artículo, avanzaremos en hablar del movimiento sansei como el futuro aún no construido de la colectividad. Mientras puede observarse en esta sociedad (pos/híper)moderna cierto descompromiso de la juventud, el comunitarismo significa otra serie de vínculos más allá del individualismo. Por eso, y no por encerrarse en ninguna burbuja artificial, puede seguir valiendo la pena hablar de comunidad nikkei. La crisis puede estar ahí, adelante, pero parte del convencimiento pensar que la situación que nos toca vivir es también una oportunidad de cambio.
2. ¿Qué es la identidad?
En un plano psicológico, la identidad es la percepción de sentirse uno mismo en el devenir espacio- temporal. Llevado al plano grupal, la antropología ha confirmado que la identidad social de un nosotros se forma en la interacción con los otros, en forma proactiva o reactiva creando límites de pertenencia[5]. Se establece así una relación de reconocimiento mutuo con algún elemento común a todos, como puede darse en un grupo de amigos[6]. Podemos ver entonces que aunque la identidad es un sentimiento de continuidad, la misma atraviesa cambios que varían según las relaciones que se establecen entre uno y los demás; de ahí el sabio refrán “dime con quién andas y te diré quién eres”.
Reafirmamos así que “una identidad social es el discurso que comparte un grupo definiéndolo”[7]; significaciones que unen a las personas, del mismo modo que la identidad configura una comunidad y la imaginación instituye el mundo en el que habita una sociedad[8].Estos discursos compartidos poseen huellas de una cultura común que los produce y comunica al grupo; conociendo que existen identidades mayores (“soy argentino”) e identidades menores (“soy peronista”) que corresponden todas a diferentes sujetos sociales[9]. Esta relación entre identidad y comunidad se condice con el doble plano de las representaciones y los afectos[10], que se modifican con la interrelación entre los actores y por la acción de otros factores ambientales a lo largo de la historia.
3- Nikkei, historia de una identidad
¿Qué es, entonces, ser nikkei? Una primera definición del Proyecto Internacional de Investigación Nikkei expresa: “Personas de origen japonés y descendientes que han inmigrado al exterior, creado comunidades y estilos de vida únicos dentro del contexto de las sociedades en las cuales viven”. La página Descubra a los Nikkei especifica que “posee significados múltiples y diversos dependiendo de la situación (...). Incluye a las personas de descendencia racial mixta que se identifican como Nikkei (y a) los emigrantes y sus descendientes que regresan al Japón”. A partir de estas aproximaciones, y coincidiendo con que la identidad es una construcción dinámica cultural[11], sabemos que la misma atravesó cambios a lo largo del tiempo en paralelo a los deseos subjetivos, el contexto social y los grupos generacionales. ¿Es posible hablar, en estas circunstancias, de identidad nikkei? Aquí suponemos que sí, en cuanto admitimos que hay una relación de cierta continuidad entre el discurso que unió, une y unirá a la comunidad, en sus distintas generaciones[12].
Issei. Los inmigrantes se sentían “japoneses en el extranjero”, y un discurso que los identificaba era “debemos unirnos para conservar las costumbres”, deseaban mantener lo más posible su forma de vida. Pensaban que Argentina era un país de oportunidad y que el esfuerzo constante era la base del éxito. Tal vez en Japón hubiera más cosas que los diferenciaran, pero la situación creó una identidad - comunidad muy unida en sus inicios. Esto era lo que necesitaban para preservar su seguridad y salud psicológicas, algo tanto más necesario en los primeros años de desarraigo[13].
Si bien ellos no hablaban de una identidad nikkei, sino que se sentían nihonjin, son ya japoneses especiales: vivían lejos de su tierra natal y tomaron elementos de una nueva cultura, por lo que su identidad se reforzó en un “japoneses en Argentina”, y así llamaron a su institución madre, la más importante: la AJA. Los issei dieron inicio, al principio sin saberlo, porque su objetivo principal era juntar plata y volver a Japón, a la comunidad nikkei, que se fue consolidando cuando luego de la Segunda Guerra Mundial surgió un nuevo discurso: “La Argentina es un buen lugar donde formar una familia”. A partir de allí, empezaron a aparecer subidentidades dentro de la comunidad, destacándose el elemento regional de los kenjinkai, pero siguiendo siempre un modelo prescriptivo.
Nisei. Los nisei recibieron gran parte de este discurso issei durante su educación familiar. A partir de allí, podemos prever ya dos dicursos distintos: “Nació en Argentina, es Argentino” o “Es hijo de japoneses, es japonés”. Existe una dualidad que Alberto Arashiro definió como “presión”[14]. Esto, que es un motivo implícito de conflicto generacional, lo es también a nivel personal: el nisei forma parte de la sociedad argentina “como todo hijo de migrante, por la lógica aplicación de la `jus solis´; de hecho, sin embargo, por su aspecto físico, que lo distinguía del resto de los `gringos´ocupaba un status diferente más afín a la aplicación del `jus sanguinis´”, explica Laumonier[15].
En general, el discurso sintético de los nisei fue “somos argentinos hijos de japoneses”, “debemos estar adaptados al país” y “queremos integrarnos aunque manteniendo ciertos valores japoneses”. Discursos reproducidos fueron “Japón es un buen país” y “Argentina es un buen lugar para estar en familia”. Sin embargo, hay quienes no acordaron con este discurso: algunos no reconocieron su herencia japonesa y se alejaron de la colectividad; otros no vieron progreso posible y viajaron a Japón conformándo el fenómeno dekasegi. Unos y otros se alejaron del núcleo identitario fuerte de la identidad- comunidad nikkei. Otro caso particular fue el de los nisei que se casaron gaijin (para los nikkei, personas ajenas a la colectividad) quienes, luego de superar el conflicto generacional, pudieron incorporarse en cierta medida a la colectividad si el matrimonio fue finalmente aceptado.
En definitiva, fueron los nisei quienes adoptaron la identidad nikkei[16], que era un intento de poseer una identidad afirmada entre dos identidades que se le imponían: la japonesa y la argentina. En su momento, la palabra excluyó a los issei evidenciando las diferencias existentes, pues ellos dieron el paso de la colectividad de japoneses en Argentina a la comunidad nikkei argentina[17]. Con esas palabras fundaron su institución paradigma, el CNA cuyo lema (su discurso principal) es “seamos mejores ciudadanos en nuestro país”.
4. El movimiento sansei
En este contexto, con el discurso issei y nisei todavía presentes, la identidad sansei tiene conceptos propios que modifican lo nikkei. Ya no tienen padres japoneses, sino nikkei argentinos, por lo que no reciben un discurso japonés directo. Cada uno puede involucrarse o no, decidiendo a través de distintos condicionamientos estar en contacto con otros nikkei, que será en definitiva la forma primordial en que se transmita la cultura y la identidad en la tercera generación. Se trata de una elección, en cierto punto, de un acto de voluntad. De modo que si un sansei opta por no identificarse con lo nikkei puede con relativa facilidad ser simplemente argentino, algo que, como vimos, no le era tan sencillo a los nisei. Con la misma lógica, ser nikkei es en principio tener amigos nikkei, ya sean amigos de la familia o personas conocidas en agrupaciones nikkei.
En palabras de Laumonier, “lo que se sufría como una identidad dividida se vive hoy como un plus digno de ser tenido en cuenta”[18], que es lo que hace algunos años el CNA llamó “Nikkei Power”. El agregado deviene de un elemento de la identidad issei que le otorgó el otro-argentino, y que Marcelo Higa dio a llamar el “prejuicio positivo”, un capital simbólico de honesto, limpio y ordenado que se transmitió de generación en generación[19], para ser hoy una propiedad legítima. Este mismo autor menciona que en el fenómeno sansei se da un vínculo diferente: el del inmigrante con su nieto, que en su juventud puede saltearse una generación y escuchar las historias de vida de los issei. Pero también la mayor integración hacen que sus amigos, exagerando, lo definan como “más argentino” que ellos mismos; en todo caso, vemos que la ambigüedad sigue manteniéndose como un rasgo que comparte con el nisei.
Pero para quienes pertenecen a la comunidad, es bastante claro que la identidad nikkei local se diferencia de lo argentino y lo japonés. En ese sentido es interesante la palabra de Estela Asato, maestra de la escuela bilingüe Nichia Gakuin, y participante del Taller de Jóvenes Líderes Nikkei 2004, que resume en parte el discurso sansei: “Creo que hay una identidad nikkei, pero no creo que todos la tengan. Hay una cultura nissei, otra sansei y otra yonsei. Creo que es un sentimiento y una ideología que te permite sentirte tan argentino como japonés, pero a la vez no sos totalmente de ninguno de los dos. Es conocer a ambas culturas, tomar lo que mejor va con uno de cada una de ellas y defenderla”[20].
Entre los grupos que conforman el movimiento sansei hay dos casos bastante paradigmáticos. En primer lugar, el Centro Universitario Argentina Nippon (CeUAN) creado por nisei de KYOREN y del CNA, es desde 1997 autogestionada por jóvenes en su mayoría sansei. La particularidad es que muchos de sus residentes que vienen del interior del país y no tenían contacto con la colectividad empiezan a redescubrir lo nikkei. Eso, sumado a que muchos de ellos son los ahora bautizados hafu (de half, mitad, mestizos; antes ai-no-ko), resulta en una visión reforzada de la importancia de elegir ser nikkei. La tesis central, ampliamente compartida, es que es una institución novedosa porque responde a demandas originales: el objetivo institucional responde a deseos subjetivos, en este caso el estudio universitario[21]. Esto trae cambios en la percepción de la identidad: Kunio Ishikawa, integrante de la comisión directiva y también participante del Taller 2004, reflexiona que “Nikkei significa ser descendiente de japoneses, tener sangre japonesa. Pero ahora se está tratando de cambiar esta definición por la de una persona interesada en la cultura japonesa”[22].
La Red 2K, por su parte, es un grupo más informal, establecido a través de relaciones de amistad, lo que constituye otro rasgo de la institucionalidad sansei, puesto que es algo que se elige y no se hereda como en el caso de los kenjinkai. En su origen en el 2001, se formó a través de particpantes del Taller de Jóvenes Líderes 2000 y usuarios de la página web Nikkei World, por lo que se agrega otro elemento de sociabilidad joven. La idea en un primer momento fue establecer una especie de federación de seinembus (departamento de jóvenes) pero luego la organización se institucionalizó y la red adujo a una estructura organizativa sin jefes, a diferencia de cierto tipo de verticalismo issei. Pero lo más interesante es la deconstrucción del término nikkei: 2K es un juego de palabras creativo: “2 es `ni´ en japonés y K `key´ en inglés”. Las dos llaves remiten a una acepción diferente de la palabra nikkei: “nikkei significa ser de dos países. En nuestro caso, somos argentinos y japoneses”[23].
En ambos casos, existe una redefinición del concepto "nikkei". Alguna vez se hizo ya una relación entre la visión de las generaciones y las formas de escritura de “Nikkei”[24]. Esto tiene un gran acierto, si se enfoca el aspecto sonoro de la palabra, la misma se libera de su significado de diccionario para abrirse a una expresividad distinta que pueden ser más acorde al momento histórico; como lo confirman las ciencias de la comunicación, las palabras viven si se usan, y el uso les cambia su vida, su sentido. Con la palabra nikkei sucede lo mismo, pero tal vez sea necesario un paso más. Así como el término “gohanera” es una expresión genial de la cultura nikkei, tal vez debería pensarse en buscar otro término para referirse a una nueva concepción de ser nikkei más cercana a la generación sansei.
5. Niqueyeño:¿Hacia una nueva forma de identidad-comunidad nikkei?
La idea principal hasta aquí es que el movimiento joven sansei puede crear una nueva forma de institucionalidad en donde ser nikkei sea parte de una elección, y donde la participación se va a establecer en instituciones acordes a sus necesidades. Todo esto tiene una consecuencia importante que todavía no mencionamos: si ser nikkei es una elección, esto significa que cualquier persona puede serlo. No es necesario que esta persona sea descendiente de japonés, así como es claro que no todo descendiente se siente nikkei. Por supuesto, en el caso de muchos descendientes, ellos tendrán un mayor condicionamiento a adoptar una identidad nikkei, puesto que su educación familiar los inclina hacia ello.
El caso de los hafu puede ser esclarecedor, puesto que personas que tienen ya en su familia padres descendientes de japoneses y de otros grupos étnicos hace que revalorizar la herencia nippona sea un acto conciente. Tal vez, entonces, el papel del hafu es ser un puente para la mayor apertura de la comunidad nikkei hacia la sociedad argentina, así como se dice que el nikkei es un puente entre América Latina y Japón. Esta elección tiene que ver entonces con un hecho cultural, para saber aprovechar las dos vertientes del nikkei, y no por un mandato que hay que cumplir por obligación. No se trata de nacer nikkei (un hecho biológico, de herencia de sangre), sino de hacerse nikkei (un acto social, por formar parte de una comunidad-identidad).
El redescubrimiento pasa por construir una nueva cultura que, atendiendo al interés por lo artístico, podría recrearse como niqueyeña, adoptando letras y sonidos propios de estas tierras para una palabra que nació japonesa. La tendencia a valorizar lo artístico puede considerarse también un rasgo sansei: el CeUAN organizó un Bunkasai (Festival Cultural, 2000) y la Red 2K amplió esta actividad con sus Ugoki Arte (2001-2-3). Se trata del mismo movimiento de redescubrir aportes de la cultura japonesa, haciéndose eco del mayor interés que se percibe desde la sociedad argentina, a través del manga, el anime, la literatura y el arte culinario, entre otros, que se retroalimentan con el estudio del idioma. En esta apertura, y en esta comunicación, hay un gran potencial de redefinir lo nikkei como niqueyeño, una nueva cultura con insumos japoneses, argentinos y nikkei de las generaciones issei y nisei, que tiene al sansei como principal protagonista.
Por lo tanto, cuando se habla de la poca participación de los jóvenes, es importante que los dirigentes issei y nisei consideren estos cambios para interpretar la conducta de los sansei. En este sentido, debemos pensar que, a pesar de un contexto global poco alagüeño, hay quienes resisten la ideología del descompromiso. En el caso de las comunidades se puede dar lugar a una nueva cultura, la institucionalidad sansei significa este aporte a la sociedad desde el sentir, el hacer y el pensar nikkei3 (al cubo): lo niqueyeño es una potencialidad que significa elegir construir desde esta identidad-comunidad, en una perspectiva de convivencia intercultural, donde la pluralidad de visiones da paso a un mejor mundo, desde el reconocimiento del otro y la igualdad social[25].
En definitiva, se entiende a lo nikkei (niqueyeño) como una de las identidades sociales que está disponible para una persona[26], que seguramente noes la única pero puede aportar a la riqueza subjetiva desde la fusión creativa de sensibilidades, prácticas y valores. El debate sobre la identidad acompañará al nikkei durante toda su vida: más allá de que se realice en forma más o menos reflexiva, cuando esta autoconciencia desaparezca, lo mismo succederá con el ser-sentirse nikkei; y este será sin dudas el fin de la comunidad. Si hay un futuro, éste se construirá sobre la constante redefinición de quiénes somos, para así saber si es posible proyectar un mañana compartido. La institucionalidad sansei para una comunidad- identidad nikkei - niqueyeña es una apuesta joven por una nueva cultura humana.
Artículo publicado en la revista Kinsei número 6.
(Citar como: Gavirati, Pablo, "Sansei, una forma de institucionalidad nikkei. Comunidad e identidad niqueyeña en la tercera generación de descendientes de japoneses en Argentina", en Kinsei nº 6, Centro Universitario Argentina Nippon, Buenos Aires, mayo de 2007, pp. 4-8.).
En la web desde el 18 de noviembre de 2007.
NOTAS:
[1] Gavirati M., Pablo El movimiento nisei en la Argentina, Kinsei 5, CeUAN, 2003. En la edición anterior estudiamos el caso de la segunda generación, este artículo continúa esta línea de análisis.
[2] Consideramos el movimiento sansei por el formado por quienes transitan la etapa de la juventud en la década de los 90s y las primera década de este siglo, incluyendo a “nisei” de esta edad.
[3] Gavirati M., Preguntas que llevan a respuestas: identidad y comunidad nikkei; La Plata Hochi, nº 7390, 2003.
[4] Gavirati M., La forma de institucionalidad sansei, presentado en XII COPANI, 2003
[5] Ley Yamashita coincide con esta posición en el caso nikkei: Reconstrucción de la identidad de los jóvenes nikkei: el caso de los jóvenes del Movimiento de Menores AELU, en Revista de Antropología, UNMSM.
[6] Interpretamos que la identificación se da entre los miembros de una masa (un grupo) que comparte la fascinación por un objeto (idea- para nosotros discurso). Ver Freud, Sigmud, Psicología de las masas y análisis del yo, 1921.
[7] Gavirati M., Esbozo para un metadiscurso sobre la identidad nikkei, Kinsei 5, CeUAN, 2003.
[8] Ver Castoriadis, Cornelius, La institución imaginaria de la sociedad (1975). A su vez, la identidad se construye en el discurso, y es objeto de prácticas y estrategias enunciativas. (Arfuch, Leonor, Identidades, sujetos y subjetividades, Prometeo, Buenos Aires, 2003, pág. 22).
[9] Podemos concebir a la cultura como una gramática productiva discursiva. (Verón, Eliseo, La semiosis social, 1993). Para Laclau, la conflictividad social se juega en la imposición de estos discursos hasta lograr cierto consenso político. (Laclau, Ernesto y Chantal, Mouffe, Hegemonía y estrategia socialista, 1985).
[10] La identidad nikkei es “una construcción simbólica mediante la cual la gente expresa sentido de afinidad”. Araki, Raúl, Una valoración de la formación de la identidad colectiva de los Nikkei en Perú; en http://www.janm.org/. Ver también el concepto de identificación imaginaria en Lacan.
[11] En Descubra al Nikkei: http://www.discovernikkei.org/es/what/
[12] En este ensayo, utilizaremos discursos que circulan comunmente en la comunidad, relevados a lo largo de años de lo que en la investigación se llama observación participante y entrevistas semi dirigidas.
[13] Ver Grimberg, León y Rebeca, Psicoanálisis de la Migración y del Exilio, Alianza, 1984. Un estudio de caso lo comprueba: Onaha, Cecilia, Japón en Argentina y nikkei argentinos en Japón, X Congreso internacional de ALADAA, Río de Janeiro, 2000.
[14] “La carga de la familia y la presión de lo que la sociedad quiere de él”, Arashiro, Alberto Mario; en Somos Nisei; número 5; agosto de 1984.
[15] Laumonier, Isabel, Japoneses: esa otra inmigración, Todo es historia nº.
[16] Para Higa, el término se impuso en principio por acción del gobierno japonés, quien ante el fenómeno dekasegi utilizó la palabra para nombrar a los descendientes de japoneses que pasaron a tener derechos ciudadanos ampliados. (Higa, Marcelo, The emigration of Argentines of Japaneses Descent to Japan en New Worlds, New Lives, Stanford University Press, Stanford, California, 2002). En otras colectividades no existe este término en positivo (una “identidad coreana – argentina”: Mera, Carolina, La inmigración coreana en Buenos Aires, Eudeba, Bs. As., 1998) y en otras puede construirse (el caso de los argenchinos).
[17] Gavirati, El movimiento nisei...
[18] Laumonier, Isabel, Cafés, tintorerías y tango en Cuando Oriente llegó a América, BID, Washintong, 2004.
[19] Higa, Marcelo, Desarrollo histórico de la inmigración japonesa en Argentina hasta la Segunda Guerra Mundial, Estudios Migratorios Latinoamericanos nº 30, 1995.
[20] Gavirati M., Voz joven, ideas para el cambio, La Plata Hochi, 2004.
[21] Ver en la revista AI CeUAN Especial Décimo Aniversario (CeUAN, 2004) la opinión de Andrés Shimabukuro en la entrevista La historia en sus personajes. Para más detalles analíticos sobre CeUAN, consultar: Gavirati, En búsqueda de la cultura ceuana.
[22] Ishikawa, Kunio, en “Nikkei”, video producido por Lucila Vázquez Echegaray y otros alumnos de la carrera de ciencias de la comunicación.
[23] Red 2K, en los catálogos de las muestras de Ugoki Arte.
[24] Kanji: issei. Katakana: nisei. Hiragana o letras romanas: sansei. Kanji es el sistema de ideogramas que se adaptó de China, katakana el silabario usado para palabras extranjeras, hiragana el silabario usado habitualmente en Japón.
[25] Hay que considerar la búsqueda del equilibrio entre libertad y seguridad (Bauman, Zygmunt, Comunidad, En busca de seguridad en un mundo hostil, 2003), que la posibilidad de elegir vivir en comunidad e identificarse con un otro podría superar.
[26] Higa, Marcelo, Los descendientes de japoneses en Argentina en http://www.janm.org.
1 comentario:
disculpe entonces usted quiere decir que una persona como yoque no es decendiente de japoneses puede elegir vivir como nikkei por que yo amo la cultura japonesa y todo lo que esto inplica y me gustaria aprender como nikkei
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