El CeUAN es un
edificio, una residencia, pero también mucho más. Es el punto de encuentro en
el que se entrecruzan muchas historias: de vida y profesionales. Este artículo
se ocupa en especial de estos últimos casos, que revelan una de las
contribuciones más importantes de un centro universitario para la comunidad
nikkei y la sociedad argentina. Además, el aporte posible de esta institución,
que celebra su XV Aniversario, para pensar una política educativa nikkei.
PUBLICADO ORIGINALMENTE EN LA REVISTA KINSEI 8, OCTUBRE DE 2009.
TRANSCRITO HOY EN OCASIÓN DEL 19° ANIVERSARIO DE CeUAN.
Cuando antes aún
de 1994 el primer grupo de estudiantes que se unió al proyecto de crear una
residencia en Buenos Aires nombró al CeUAN, en ese hecho dejó planteada la
visión de constituirse en un centro universitario que vinculara lo argentino
con lo japonés. Por supuesto que, parafraseando al pensador Cornelius
Castoriadis, la fuerza de lo instituyente (la novedad emergente) pronto puede
transformarse en lo instituido (el orden vigente). Pero también a la inversa: aquella
idea original puede haber quedado en
el olvido y, entonces, se hace necesario recuperar ese sentido fundacional, en
el momento mismo en que la tradición adquiere un carácter transformador. Esta
idea no es extraña en la historia japonesa, y se denomina “Ishin”: Renovación.
Para ello, retomamos
aquí la tarea de historizar la institución que emprendió la revista especial
por el X Aniversario en los “AI CeUAN” (Archivos de Identidad Ceuanos), al
llegar en este 2009 al festejo por los 15 años del Centro. A partir de este
momento, se comenzaron a esbozar los lineamientos de una política de apertura
institucional, que logró algunos resultados a partir de relaciones más
fructíferas con otras organizaciones, pero que aún se debe seguir trabajando. Y
en ese sentido, este Proyecto Kinsei continúa siendo una de las apuestas más
fuertes para pensar el rol de CeUAN dentro de la comunidad nikkei, y de ésta
dentro de la sociedad argentina, en relación con el Japón. Es necesario
enfatizar la trascendencia que brindan los servicios para los estudiantes
universitarios, que contribuyen así a la formación de profesionales valiosos,
que en este artículo reseñamos.
Con-Vivir. La mayoría de los exresidentes
consultados sobre su experiencia en la residencia universitaria coincidió en
que, quizá más que un vínculo directo con el desarrollo profesional, la
institución los ayudó a través de la formación de un grupo de pertenencia[1].
“Me parece que el paso por CeUAN fue una de las cosas más saludables que hice un mi vida. Sobre todo por las redes que
formé, que son las que me sostuvieron para que posteriormente me
pudiera recibir”, opina María Emilia Ishika. Hoy es kinesióloga, ejerce en
consultorios y a domicilio, y desea poder tener un espacio donde trabajar en
forma interdisciplinaria con médicos y psicólogos.
El
área de la salud es, justamente, una de las más representativas dentro de las
carreras de las casi 300 personas que pasaron por la institución[2]. Cecilia Sato se graduó en
Farmacia y actualmente se encuentra en Japón becada por la Agencia de
Cooperación Internacional del Japón (JICA): “Estoy aprendiendo sobre el rol farmacéutico
en general en el Japón, y comparando un poco el sistema de salud entre ambos
países (…).Me gustaría poder aplicar estos conocimientos a los ancianos japoneses
y nikkeis que residen en el país”. Por
su parte, Elisa Doi destaca: “CeUAN supo ser mi hogar, mi contención. Al mismo tiempo
me ayudó a fortalecer mi red de contactos”, que le permitieron por ejemplo
tener una cartilla que cubre clínica, odontología y dermatología. Representante
del área de ciencias sociales, actualmente se desempeña como Jefa de Recursos
Humanos.
Es un saber
difundido dentro del CeUAN que su servicio de residencia es aprovechado sobre
todo por quienes llegan desde el interior y deben adaptarse tanto a la vida
universitaria como a vivir en la Ciudad de Buenos Aires. Ese es el caso de
Diego Taguchi, quien regresó a Entre Ríos para aplicar lo aprendido en
producción de plantas ornamentales: “CeUAN fue para mí
una gran experiencia en mi vida por el hecho de vivir solo (sin los padres) por
vez primera, al igual que convivir con chicos de mi misma ascendencia”. La
profesionalización de actividades tradicionales es algo a destacar.
Estudiar-Juntos. “Algo que está genial es que si tenés
una duda o no entendés algo, de la materia que sea, vas a encontrar a alguien
que ya la cursó y te puede dar una mano, sin contar las invalorables ayudas
para terminar un trabajo práctico o resolver ese ejercicio imposible”, expresa
el hoy ingeniero Horacio Nakabayashi, que trabaja en una empresa japonesa
ubicada en Argentina. En esta frase se condensa la concepción particular de la
educación desde un centro universitario. Porque si desde el paradigma
tradicional existe un profesor activo que transmite todo su conocimiento al
alumno[3],
las nuevas perspectivas hablan de la experiencia
del aprendizaje, donde juega un papel relevante la intersubjetividad de los
estudiantes[4].
Es decir, la
apropiación y la reconstrucción del saber son fundamentales: podríamos reafirmar
que “con amigos se aprende mejor”, sostenida por la corriente constructivista[5].
Es así como puede entenderse que CeUAN
es una institución educativa, ya que brinda los servicios necesarios para
lograr una interacción continuada de los estudiantes: “la ubicación y la
infraestructura me ha facilitado avanzar en mi carrera”, opina Miriam Yoshida,
ingeniera agrónoma que trabaja en el Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria (INTA), luego de capacitarse en Japón en un organismo similar.
Así lo piensa también Hiromi
Terashima, quien hoy trabaja como traductora en una importante corporación
japonesa: “Tenés todas las herramientas para que puedas estudiar.
El estar con estudiantes de otras carreras te ayuda a abrir la mente:
podés compartir e intercambiar muchas ideas”. Este punto es
muy importante, ya que significa la existencia de un potencial inusual para
desarrollar estudios interdisciplinarios, como propone hoy el Programa
CeUANbiente[6], que
justamente no están fomentados aún desde las instituciones universitarias. La
esfera del conocimiento puede así seguir circulando, cuando la recepción de
saberes se transforma también en producción.
Vínculos
interculturales.
El intercambio se amplía porque también se cuenta con la participación de
estudiantes que vienen desde más lejos para estudiar en Buenos Aires: más
comúnmente desde el país de los ancestros, Japón, y recientemente de países de
América Latina donde también existen comunidades nikkei. “Siempre me interesaban los idiomas
y sus culturas. Y hoy en día está creciendo el intercambio en todos los
niveles en el mundo”, explica Yusuke Tokiwa, quien conoció en la
residencia una socia para desarrollar su propio emprendimiento de servicios de
traducción. El compañerismo, entonces, además de brindar soporte durante la
carrera, también puede convertirse en un capital para el trabajo.
“Aún hoy guardo como un hermoso
recuerdo las conversaciones sobre la vida y demás asuntos, que mantuve con los
estudiantes de CeUAN”, expresa Masahiro Tsujimoto, ex residente y actual
profesor asociado de la Universidad de Tohoku. Como él, existen otros
investigadores japoneses que estudian el fenómeno nikkei en Argentina: Asako
Ishikawa profundizó un estudio sobre la institución misma: “Algunos
descubren su ´nikkeitud´ en el CeUAN, y otros se dan cuenta de que no son
iguales a otros ´nikkei´”. Pero no solo son
japoneses, también un grupo de estudiantes de Comunicación de la UBA realizó un
documental sobre el tema, y todos recibieron el apoyo del Centro.
En definitiva, es este diálogo entre
distintos al que se refieren la mayoría de los entrevistados, el que ayuda a
practicar el respeto a través de la convivencia. Esto es un patrimonio muy
importante, que constituye una plataforma
invisible para la educación intercultural, la formación en valores y el
aprendizaje emotivo que se realiza en el espacio cotidiano[7].
Es un desafío hoy poder reconocer la trascendencia de este capital
institucional y sistematizarlo para fortalecer esta perspectiva donde la
apertura es un principio ético, y por lo tanto práctico. Allí donde confluyen con-vivir y
estudiar-juntos como la expresión del mentado objetivo institucional: “Crear un
espacio para el desarrollo humano y académico del estudiante nikkei” [8].
¿Educación nikkei? En forma de epílogo, me gustaría
realizar un último comentario, que se entrelaza con lo ya dicho: ¿Cuál es el
rol de CeUAN en la comunidad nikkei y en la sociedad argentina? Creo que la
respuesta debe buscarse en la visión de una institución educativa, consolidada
justamente en el diálogo intercultural y en los vínculos interdisciplinarios. En
ese sentido, un aporte posible, a la vez que necesario, es el fomento y la
publicación de investigaciones académicas sobre la comunidad nikkei, que
realiza el Proyecto Kinsei. De este modo, la profesionalización buscada puede brindar
una contribución específica en nuestro aporte crítico como universitarios, para
vislumbrar el horizonte de sentido donde proyectar una política educativa
nikkei.
Se trata nada
más y nada menos que de la cultura nikkei
que podemos imaginar como propia la juventud sansei, retomando la herencia de
los mayores, pero siendo conscientes de la contemporaneidad de nuestro ser en
el mundo hoy. Porque así como no podemos repetir sin más los discursos que se
imparten desde la institución universitaria, tampoco debemos asimilar de manera
irreflexiva la tradición issei-nisei, aún sin dejar de reconocer los logros
realizados con esfuerzo. Esa es la renovación:
entender que el mayor homenaje consiste en tomar nuestras propias decisiones, con
una lógica abierta a la sociedad argentina, que justamente con tanta
hospitalidad recibió a nuestros antepasados. Una cultura intercultural, ese es
el desafío de la educación nikkei.
[1] Ver artículo de
Soledad Nerome.
[2] Ver artículo de
Carlos Arasaki.
[3] Esto sobre todo
está extendido en el nivel primario de la educación formal a través del
normalismo. Varios autores (como Díaz Bordenave) identifican así a modelos con
énfasis en los contenidos (la educación bancaria de Paulo Freire).
[4] Ver artículo de
Pamela Sioya.
[5] Carretero, Mario (1996), Introducción
a la Psicología Cognitiva. Editorial
Aique. Argentina. p. 78.
[6] Ver artículo de
Pablo Gregorio y Bernardo Sampaolesi.
[7] Como destaca
Miquel Rodrigo Alsina, existen importantes procesos de interculturalidad
interpersonal.
[8] Para el
entrecruzamiento entre vivencias compartidas y proyectos profesionales, ver los
artículos de Melisa Watanabe y de Soledad Nerome.
No hay comentarios:
Publicar un comentario